A lo largo de la historia se han utilizado los distintos tipos de tierras en el tratamiento de numerosas enfermedades, esta práctica se conoce como Geoterapia. El uso como remedio terapéutico de la tierra ya se conocía en el Antiguo Egipto donde incluso lo utilizaban los embalsamadores en sus momificaciones; en Grecia, la utilizaban en lo Juegos Olímpicos, antes de las pruebas deportivas, para eliminar la grasa de los poros y ser más ligeros; en Oriente, principalmente China e India, esta práctica se ha mantenido hasta la actualidad formando parte de sus recursos terapéuticos tradicionales; en África y América se ha usado tanto para sus rituales, mezclándolas con cenizas y pigmentos vegetales, como para su uso terapéutico.
Las tierras más utilizadas y conocidas por sus importantes propiedades son las arcillas, producto de la erosión lenta de los granitos, están compuestas principalmente por sílice, fosfatos, óxido de hierro, óxido de magnesio y calcio. Su color varía según las características del terreno y de la proporción en su composición de los minerales que la constituyen, así podemos encontrarnos arcilla blanca, rosa, gris, verde, roja y amarilla.